Perfiles Urbanos
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VIDEO | Yari Casanova es un artista plástico de 42 años que tiene su atelier en Gualeguaychú

El artista plástico Yari Casanova.
Obra de arte abstracta.
Pintura sobre Salvador Dalí.
Obra figurativa de humana con cabeza de animal.
Una de sus obras de figura humana con cabeza de animal con mayor reconocimiento.
La figura representada tiene la cabeza del animal y el cuerpo de una persona, en este caso, del Presidente portando la banda y el bastón.
Pintura abstracta presentada en su espacio La Cómoda.

Yari Aarón Casanova nació en Gualeguaychú el 14 de agosto de 1981, completó hasta el cuarto año de Arquitectura en la UBA y luego abandonó.

Mientras cursaba el segundo año de esa carrera, junto a un amigo montó un taller donde hacían maquetas para estudios, cuadros y trabajos prácticos de la facultad.

Padre de 3 hijos y arquitecto, aunque se volvió de Buenos Aires sin terminar la carrera. A fin de año se cumplirá el primer año de que abrió al público La Cómoda, su propio emprendimiento.

Ese estudio sigue estando abierto en Capital Federal y es el sitio adonde regresa Yari cada vez que viaja a Buenos Aires. “Soy autodidacta. Pinté varios artistas conocidos, como Picasso, Dalí, Molina Campos, Toulouse-Lautrec, Pettoruti, y también me gusta mucho Jackson Pollock, de quien me nutrí para hacer mis obras abstractas”, de este modo se presenta Yari Casanova.

La pasión por el arte de Casanova se inició muy temprano. “Dibujaba y pintaba desde muy chico”, cuenta. Más adelante, cuando se fue a estudiar arquitectura a Buenos Aires, siguió pintando.

Copiaba a grandes artistas como Miró, Dali, Pablo Picasso y a su admirado Jackson Pollock. Pronto fue apareciendo su propio estilo, el cual se dividió en dos vertientes. La abstracta y la figurativa. En esta última línea, el artista entrerriano comenzó a dibujar figuras humanas con cabezas de animales.

A todo eso lo fui alimentando también con Arquitectura ya que fui ayudante de cátedra para los alumnos de segundo año de la Universidad de Buenos Aires (UBA) en una materia relacionada con la expresión que se llama Representación Arquitectónica. Ahí te dan un poco las herramientas para bocetar y trabajar diferentes materiales”, explicó.

Siendo estudiante, nunca abandonó los pinceles y la creatividad. Por lo contrario, junto a un amigo de la facultad volcaron sus energías en hacer maquetas y trabajos plásticos: “Alquilamos un lugar en Espacio Darwin, en Palermo, y armamos nuestro lugar. Hacíamos maquetas para estudios, y también pintábamos cuadros grandes entre los dos. Siempre estuve alimentando lo que es el arte y la pintura”, comentó.

“Cuando vine de Buenos Aires armé este espacio para tratar de difundir el arte de Gualeguaychú, porque hay artistas que son buenísimos y quizás no tienen tanta difusión o no tienen una pared para mostrar”, explicó.

Y agregó: “Mi idea siempre fue ayudar a otros artistas o juntarme a hacer actividades con alguien más. Me gusta generar lugares para trabajar, experimentar y tratar de expandir un poco mi trabajo".

En la última década el artista nacido en Gualeguaychú, ha logrado un importante crecimiento y exposición. Sus obras embellecen bares, cafeterías y estudios profesionales, y hasta varias casas particulares. Su foto con el matrimonio Lopilato-Bublé; las carrozas estudiantiles; el mundo que lo espera. “Mi idea, ahora, es enfocarme en la pintura”, cuenta.

Teimpoe atrás el nombre de Yari Casanova fue noticia. La actriz argentina Luciana Lopilato compartió una historia de Instagram junto a él y a su esposo, el cantante canadiense Michel Bublé, tras comprarle un cuadro.

“Tenemos una amiga en común en Vancouver (Canadá) y, bueno, charlando y se dio la posibilidad de mostrarle mis trabajos. Justo Luisana estaba acá, porque hacían Casados con Hijos, entonces coordinamos, contó. Tenía que ir a Buenos Aires por trabajo y me recibieron en su casa, estaba toda la familia de ella, gente re macanuda. Estaba Darío Lopilato, el hermano de Luisana, que también me compró un cuadro, fue un momento muy lindo”, dijo Casanova, sentado en una de las banquetas altas de La Cómoda, el bar de arte que inauguró hace poco menos de una década atrás, en Bolivar 666.

“Mi hermano dibujaba mucho de chico, mi viejo es sastre, que tiene su parte de diseño, y a mí siempre me gustó el arte. Con el Jeta (Adrián) Ghiglia dibujábamos mucho y hacíamos cosas artísticas: la Quema de Judas, las Carrozas Estudiantiles. Gualeguaychú siempre fue un buen lugar para inspirar a artistas. Después me fui a estudiar arquitectura a la UBA, pero nunca dejé de tener contacto con la ciudad”, relató.

Una parte importante de estos cuadros tienen como protagonista al león, un animal que cautiva el ojo del artista con su aspecto formidable. “Es un animal muy particular, muy noble; lo veo muy sabio. Es una figura muy importante. Tiene mucha presencia y dos lados muy marcados: por uno es cariñoso con su familia, pero si tiene un enemigo es un animal feroz. Aparte, estéticamente, tiene sus movimientos y me encanta. Además, yo soy de Leo”, expresó.

Así fue que un cuadro llegó a manos del actual presidente Javier Milei, el pintor gualeguaychuense fue noticia días atrás por haber realizado y entregado en persona un cuadro gigantesco al jefe de Estado, un acto que (según remarcó) trasciende cualquier tipo de afinidad política. Consideró que lo importante es el hecho de que un artista local haya podido darle una obra de estas características a un Presidente de la nación, algo poco común en cualquier parte del mundo.

Un león es que protagonista del cuadro que Casanova le regaló a Javier Milei. Siguiendo su estilo, la figura representada tiene la cabeza del animal y el cuerpo de una persona, en este caso, del Presidente portando la banda y el bastón.

“Cuando asumió Milei, yo ya venía pintando leones y surgió la idea. Le escribí al intendente Mauricio Davico, le dije que tenía una propuesta artística para hacerle y me contesta que estaba pensando en lo mismo, que era hacerle un regalo al presidente. Entonces hice el boceto, se lo mostré y le encantó. Ahí lo empecé a pintar”, relató.

–¿Cómo se define tu estilo, por qué cuerpos humanos con cabezas de animales?

–No sé si tiene un nombre determinado, para mí es como un surrealismo pop. Nació a partir de dos cuadros que hice en honor a mis padres. Eran un orangután de traje, porque mi padre es sastre, y mi madre representada como una mona con un chal. Esos fueron mis dos primeros cuadros de animales humanizados y en base a eso luego seguí con la misma línea.

–¿Qué materiales utilizás?

–A la mayoría de los cuadros anteriores los pinté con acrílico, pero al cuadro para el presidente lo pinté con óleo. Fue mi primer cuadro pintado con óleo entero. Es un lindo camino el óleo, la verdad que es una técnica que tiene un secado más lento, así que tenés más tiempo de trabajarlo. Si bien se te mezclan un poco los colores, veo que es un material súper noble.

Lo que viene

Hoy, Casanova tiene su mirada puesta en varios proyectos. “Me estoy empezando a organizar un poco con los tiempos, con las fechas y demás. Estoy organizando una muestra en Montevideo, y después voy a hacer una en el Valle de Uco, en una bodega de Mendoza”, anticipó.

“Un poco mi programa a seguir es eso: viajar con mi familia, cargar cuadros, pasear y hacer muestras. Después, obviamente, tengo amigos por todas partes y la idea es empezar a viajar y hacer muestras afuera, en otros países, pero bueno, paso a paso”, continuó.

“Tengo muchos amigos que me incentivan y me presentan gente para hacer actividades afuera. Igualmente, he mandado obras a varias partes del mundo. La idea es hacer conocer mi trabajo y que todo esto vaya de a poco abriendo las puertas. No saltear procesos y demás porque el camino es lindo”.

Muchas veces se dice que nuestra ciudad es un “semillero de artistas”, entre otros factores por la existencia del Carnaval, un fenómeno cultural que reúne y se convierte en escuela para talentos de todos los rubros.

Yari Casanova coincide con esta percepción de su ciudad de origen: “La verdad que es una cuna de artistas en todos los sentidos, hay desde poetas a músicos. Muchos van, trabajan en Buenos Aires y vuelven. Si bien siento que vivir del arte acá es difícil, Gualeguaychú está lleno de artistas. Vas aprendiendo, desde las Carrozas Estudiantiles, de ahí hay muchos que siguen por esa línea y los toman para trabajar en el carnaval. Eso está buenísimo porque son herramientas y te da un abanico de posibilidades y de futuro. Si te encanta la música o el arte o la escultura ya tenés como un recorrido, como una previa que te sirve”, dijo.

“Lo bueno es que estamos cerca de Buenos Aires, y si tenés la posibilidad de viajar allá aprendés mucho. Hay gente muy capacitada y podés recorrer un montón de lugares que son gratuitos, ir a museos y empaparte un poco de los grandes maestros, en todo sentido, tanto en la música, el arte y las letras”.

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