Rosario Romero va logrando mantener un buen nivel de aprobación y llega al poder de Paraná, mientras que la provincia está en manos de Juntos por Entre Ríos.

En su búsqueda de desandar el camino de destrucción masiva en términos electorales, del peronismo en Entre Ríos, y en ocasión de varias visitas de José Lauritto, es que Rosario Romero semanas atrás visitó "La Histórica", y de este modo sellaron algo que podría llamarse una "Unión Transitoria Política", con la ardua tarea de levantar las banderas justicilistas en un territorio que supo ser propio, y hoy definitivamente no lo es, por supuesto cada uno con su estilo.

Tras el encuentro y la foto, la intendenta de Paraná, fue quien impulsó la participación de Lauritto en el documento conjunto que intendentes de todo el país firmaron en reclamo por la quita de subsidios al transporte público.

Rosario Romero logró sumar su par peronista y además logró la participación, por primera vez, de Francisco Azcué, el jefe comunal de Concordia, de Juntos por Entre Ríos, si bien la intendenta de Paraná, fue la única que estuvo en el Congreso, se aseguró hacerlo en representación de sus pares de la provincia.

El rearmado o la reorganización del diezmado peronismo entrerriano, no tiene aun liderazgos definidos. Sin embargo Romero se mueve como tal, junto a nuevas figuras como el exfuncionario massista Guillermo Michel, que si bien posee una gran trayectoria a nivel nacional, no tiene al menos por ahora, territoriedad.

Por otro lado Gustavo Bordet, actual diputado nacional ya se instaló en Concordia, en su intentona por encabezar el "nuevo" proceso del peronismo y liderarlo desde la costa del Uruguay, con Romero por su parte haciendo lo propio en la costa del Paraná y un poco más allá.

Romero, Bordet, Michel, Lauritto y Bahl (que ya tocó timbre y manifestó su interés en participar) no son los únicos que pretenden apropiarse del "nuevo PJ" en la provincia, tal es el caso de Daniel Rossi, quien también saca a relucir galones como seis veces intendente de la ciudad de Santa Elena.

Finalmente llegó el ansiado día del postergado debate interno, muy necesario en cualquier espacio peronista, y sumamente acostumbrado a estos movimientos intestinos.

El Congreso del Partido Justicialista, finalmente se desarrolló el 7 de septiembre, y llegó con rumores de todos lo colores y tenores, sin embargo "la sangre no llegó al río".

Discusiones y debates "si", como corresponde, sin embargo, y fiel al dicho "la ropa sucia se lava en casa", se decidió que los temás ásperos, que habían enfervorizado la previa, fueran postergados para ser tratados en los días venideros en distintas comisiones creadas en el mismo Congreso partidario.

Tal es el caso de la supuesta inconducta de Edgardo Kueider, tras alinearse con la administración de Javier Milei, tema que estuvo entre los discursos y fue uno de los puntos difíciles del cónclave, sin embargo, se dispuso la creación de un Tribunal de Disciplina para que decida en algún momento qué hacer con el actual Senador nacional.

Donde sí hubo un acuerdo casi unánime, fue sobre la incorporación de las minorías en cargos expectantes. Este punto, si bien estaba previsto y acordado en la rosca polñitica previa, tuvo la novedad de que se definió un 25 por ciento de piso, a propuesta del diputado nacional Tomas Ledesma, que cargó con una buena cantidad de pesos su numero de celular en la previa para llegar a este número mágico, ya que había propuestas de iban desde el absurdo 10 al imposible 40. Además se ordenó la formación de una comisión para definir otros cambios en la Carta Orgánica del partido.

En medio de las discusiones fue Rosario Romero quien cuando algunos impugnaban la creación de comisiones para las definiciones y proponían una resolución más directo, tomó la palabra y clamó: “No tengamos miedo a las comisiones. Si se trabaja, funcionan”. Y además arengó: “Cuando esté todo listo llamamos a otro congreso”. La fecha de un nuevo encuentro no quedó definida, esta será tarea del Consejo Provincial cuando haya avances en los temas tratados en las comisiones.

De este modo, y con muchas más espectativas que lo que finalmente ocurrió, tras el histórico reclamo de algunos sectores para tener mayor participación en las listas y el fin de las candidaturas a dedo, como señaló Daniel Rossi, transitó el Congreso de cara al 2025.

Lo que quedó en claro es que para el Congreso del Partido Justicialista, la Reforma Política no es prioritaria, si bien conformaran un foro de debate para discutir y analizar posteriormente.

El peronismo entrerriano coincidió en que debe configurar su agenda propia, de cara a las demandas y necesidades de la población en un claro rol opositor. Debatirán la Reforma Política mediante la creación de un foro debate que será integrado por la mesa del congreso, el consejo provincial, los consejos departamentales, legisladores e intendentes.

En un documento dado a conocer al día siguiente del Congreso, titulado "Crecimiento y Transformación", hablan de sostenimiento de valores, la defensa de los derechos humanos, la mejora igualitaria para el pueblo, la necesidad de un estado empático y facilitador que no abandone sus funciones esenciales, la justicia social que implica básicamente garantizar igualdad de oportunidades, la dignidad humana. Y entienden que para eso deben fortalecer un partido justicialista con amplitud, donde todos los sectores se encuentren representados y contenidos, donde la juventud vuelva a tener un papel preponderante, para defender y perpetuar los principios que rigen a su partido.

De buena relación con el gobernador Rogelio Frigerio, con una gestión excelente, teniendo en cuenta los avatares que trascienden los límites de la ciudad de Paraná, Rosario Romero se encamina de cara al 2025 a paso firma y seguro, midiendo cada centrímetro recorrido en este duro 2024.