Montiel manifestó que la crisis de las obras sociales, más las bajas en las prepagas y los costos de estudios específicos, provocaron un fuerte incremento de pacientes al hospital. La demanda aumentó considerablemente para el servicio de guardia, planta ambulatoria, internaciones, cirugía y área quirúrgica, entre otros.

“Hay un gran crecimiento de los usuarios y al tener los recursos limitados, sobre todo para ciertas especialidades, los turnos son bastante dilatados. En algunos casos estamos hablando de cuatro o cinco meses, pero cuando es una urgencia se buscan los mecanismos de poder dar una respuesta enseguida si la situación lo requiere, pero si los pacientes tienen obras sociales tratamos de que los mismos busquen otra alternativa”, indicó.

Además, añadió que el mismo escenario se repite en instituciones de otras provincias: “Es un hecho que está pasando a nivel país. Hablamos con los directores de los hospitales de otras provincias y es un tema a nivel nacional el incremento de la carga sobre el sistema público”.

El director del Hospital aseguró que la situación financiera de la institución debe afrontar las complicaciones generadas tras el cese de funciones de la Superintendencia de Salud en el país, ordenado por un decreto nacional que tuvo lugar en febrero pasado.

La Superintendencia, entre otras funciones, gestionaba que los hospitales pudieran arancelar con las obras sociales, la atención brindada a sus afiliados, en el sistema público. “Ese mecanismo funcionaba muy bien”, indicó Montiel, y criticó la decisión de no haber dado tiempo a las provincias para generar un nuevo convenio con las prepagas, para subsanar el faltante.

“Si bien estamos gestionando, todavía no se ha logrado un recupero, y que eso funcione adecuadamente para lograr la atención de pacientes con prepaga en el servicio público. Esto lleva un tiempo, es un proceso que no se da de un día para el otro. Es un tema a resolver. Fue un escenario que complicó más todavía el panorama integral y financiero del hospital”, finalizó.